Oro rompe récord y se consolida como refugio ante la incertidumbre global

El oro, tradicionalmente considerado el activo más seguro en tiempos turbulentos, acaba de alcanzar un hito histórico al superar los 3.000 dólares por onza. El viernes 14 de marzo, durante las operaciones intradía, el metal precioso llegó a cotizarse en 3.004,94 dólares, estableciendo así un nuevo récord.
Este repunte se produce en un contexto de alta volatilidad global, marcado por tensiones geopolíticas, amenazas comerciales, inflación persistente y temores de recesión en economías clave como la de Estados Unidos.
Un refugio en medio del caos económico
La escalada del precio del oro responde a un fenómeno repetido a lo largo de la historia: cuando aumentan los riesgos, los inversionistas acuden al oro como refugio de valor. Analistas como Stephen Innes, de SPI Asset Management, explican que el endurecimiento del comercio internacional, como la reciente amenaza de aranceles del 200% de EE.UU. a productos europeos, aumenta la demanda del metal amarillo. “Más incertidumbre, más oro”, resume Innes.
¿Por qué el oro es tan confiable?
El oro no solo mantiene su valor frente a crisis económicas, sino que lo incrementa. Ha demostrado su resistencia en momentos críticos como:
- La crisis hipotecaria de 2008
- La crisis de deuda soberana europea (2010-2011)
- La pandemia de COVID-19
Para Diego Franco, jefe de Investigaciones Económicas de Franco Capital Asset Management, el respaldo histórico del oro como base del valor del dinero contribuye a su solidez actual. Aunque ya no se usa como patrón monetario, sigue siendo una reserva limitada, tangible y codiciada, lo que lo diferencia de activos digitales como las criptomonedas.
Usos que refuerzan su valor
A diferencia de otros activos financieros, el oro tiene valor intrínseco por su utilidad en múltiples industrias. Se emplea en la joyería, la electrónica, la medicina, la tecnología y como reserva de bancos centrales. Esto genera una demanda estable, incluso cuando el mercado financiero está en crisis.
Además, su naturaleza finita —no puede producirse de manera artificial— eleva su valor físico. En palabras de Franco: “Es precisamente esta escasez lo que lo convierte en un activo resistente a cualquier coyuntura”.
Protección frente a la inflación
Otro motivo detrás del auge del oro es su papel como cobertura contra la inflación. En ciclos inflacionarios altos, el oro tiende a subir, al ofrecer una alternativa frente a monedas que pierden poder adquisitivo. En contraste, cuando la inflación es baja, el oro suele mantenerse estable.
Por eso, ante expectativas de recesión y desaceleración global, los portafolios institucionales aumentan su exposición a metales preciosos, especialmente al oro, que sigue liderando como activo refugio por excelencia.
En resumen: El oro brilla con más fuerza en medio de la incertidumbre económica y política mundial. Su condición de activo limitado, útil y confiable lo convierte en una apuesta sólida para los inversionistas que buscan proteger su capital en tiempos inciertos.